Reducir la sal de la dieta para mejorar la hipertensión.

Uno de los factores que ayudan a reducir la hipertensión es la reducción del consumo de sal en la dieta. Aunque no debemos olvidar que también influyen enormemente tener un peso saludable y la realización de ejercicio físico o al menos tener una vida activa.

Centrándonos en el consumo de sal la mayoría de las personas infravaloramos el consumo real de sal en la dieta. Muchas veces al recomendar reducir la sal la respuesta suele ser “si yo cocino con muy poca sal” pero la mayoría de las veces no se tiene en cuenta el consumo de sal que obtenemos de otros alimento procesados.

Seguro que no os sorprende si os digo que para reducir el consumo de sal se debe reducir el consumo de snacks como las patatas fritas o de aceitunas y frutos secos salados. Es evidente que contienen sal. Igual no lo has pensado pero seguro que tampoco te sorprende si te digo que los platos precocinados y algunas conservas también contienen sal en exceso. Realmente la sal actúa también como conservante. Pero estoy casi segura de que nunca te has planteado que el exceso de sal de la dieta también puede venir provocado por un exceso en el consumo de bollería y repostería industrial.

¿Sorprendido? Los procesados dulces llevan sal y casi siempre en cantidades altas. 

Así que si sumamos la cantidad de procesados que consumimos a lo largo del día o de la semana, seguro que el consumo total de sal se dispara y que la sal que utilizamos para cocinar pasa a ser una pequeña parte de ese consumo total.

Cómo controlar la sal añadida a las comidas caseras.

A pesar de que todos pensamos que añadimos poca sal a las comidas, a veces nos dejamos guiar por el sabor y si estamos acostumbrados a consumir procesados el umbral salado de nuestro paladar, es decir, el punto en el que empezamos a distinguir el sabor salado, puede estar alterado y ser más alto de lo conveniente. Esto indudablemente nos llevará a cocinar con más sal de la que es conveniente.

Me explico, estás cocinando y añades sal a la receta. Dejas cocinar y pruebas el punto de sal, te sabe soso y añades más sal. ¿Cuanta sal has añadido en total? Una o dos pizcas.

Ahora haz una prueba. Coge una pizca de sal y échala en un platillo y luego coge otra pizca de sal un poco más generosa y échala en otro platillo. ¿Cuál de las pizcas es la que sueles añadir a la comida?

Si quieres de verdad controlar la cantidad de sal que añades a la comida te recomiendo que utilices unas cucharillas medidoras de las que se utilizan por ejemplo en repostería. Con ellas tendrás la cantidad exacta de sal que añades a la comida y así podrás reducir de manera efectiva su consumo. Y por supuesto eliminando el mayor número de alimentos procesados de tu dieta.