Diferentes tipos de hidratos de carbono.

Para aprender a distinguir entre hidratos de carbono buenos y malos debemos primero entender qué son y cómo funcionan los carbohidratos. La verdad es que diferenciar entre buenos y malos no es muy real ya que en determinados momentos todos pueden ser buenos o todos pueden ser malos. Dependerá de cada persona y de su situación fisiológica en ese momento. Pero si podemos aprender a distinguir aquellos hidratos de carbono que son más beneficiosos para la población general.

Los hidratos de carbono los podemos separar en dos grandes grupos: Hidratos de carbono simples e hidratos de carbono complejos.

Los hidratos de carbono simples más conocidos son la sacarosa, la glucosa, la lactosa y la fructosa. Se trata de monosacáridos y disacáridos que generalmente se encuentran de manera natural en los alimentos pero que algunos de ellos pueden ser extraídos de su matriz para utilizarlos como endulzantes. El caso más conocido es la sacarosa que se extrae de la remolacha o de la caña de azúcar y se utiliza como azúcar de mesa. Los hidratos de carbono simples se caracterizan por tener sabor muy dulce y su absorción es rápida.

Los hidratos de carbono complejos se encuentran principalmente en los tubérculos, las legumbres y los cereales. Son menos dulces y su absorción es mucho más lenta.

Función de los hidratos de carbono.

La función principal de los hidratos de carbono es aportar energía al organismo. Nuestro cuerpo tiene un almacén propio de energía en forma de glucógeno pero se trata de un almacén pequeño y con una capacidad limitada. Por eso cuando sobrepasamos la cantidad que podemos almacenar sumada a la que podemos gastar en función de nuestra actividad física, entonces ese exceso de hidratos de carbono tiende a acumularse en forma de grasa. Y el problema de la grasa es que es un almacén tan grande como haga falta.

Cómo elegir los hidratos de carbono de la dieta.

Muchas veces las recomendaciones de consumo de hidratos de carbono pueden llegar a confundirnos. Seguro que muchas veces has oido que en la dieta hay que priorizar los hidratos complejos y no consumir hidratos de carbono simples. Esto realmente no es así ya que los hidratos de carbono simples también se encuentran por ejemplo en la fruta y en los lácteos.

Realmente lo que hay que dejar de consumir o al menos reducir al máximo son los productos procesados en los que además de un exceso de azúcar suelen contener un exceso de sal y de grasas saturadas y se debe priorizar el consumo de alimentos frescos.