La adolescencia es una etapa de grandes cambios no sólo biológicos, sino también sociales y emocionales. Se encuentran durante esta etapa de la vida con una situación de adaptación que a veces puede ser un poco caótica. Es labor importante de los padres acompañarles y estar vigilantes para evitar posibles problemas.

Durante la adolescencia muchos jóvenes adoptan hábitos poco saludables. Muchas veces dejan de hacer deporte aumentando el sedentarismo. En esta edad suelen aumentar mucho el consumo de snacks, refrescos azucarados y comida rápida. También es una época en la que muchos jóvenes comienzan a beber y a fumar. Este tipo de hábitos poco saludables conducen casi irremediablemente al sobrepeso.

Si unimos todo esto a que vivimos en una sociedad donde se asocia la delgadez al éxito y a la felicidad, tenemos un cocktail explosivo que puede desencadenar en diversos trastornos de la conducta alimentaria como son la anorexia, la bulimia y los trastornos por atracón.

Normalmente estamos muy acostumbrados a oir hablar de la importancia de la alimentación y de inculcar unos buenos hábitos en los niños, pero no se habla tanto de los adolescentes, siendo esta como he comentado una etapa importantísima. 

Si desde niños hemos inculcado buenos hábitos en nuestros hijos, será más fácil que durante la adolescencia los jóvenes sean conscientes de que sus hábitos van a influir muchísimo en su aspecto, en sus relaciones y en cómo se sientan consigo mismos. Y esto es importantísimo.

Respecto a la nutrición los adolescentes tienen requerimientos especiales:

- Debido al crecimiento tienen necesidades aumentadas de hidratos de carbono, pero deben escoger hidratos complejos como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.

- También deben aumentar el consumo de proteínas respecto al consumo de niños y de adultos. Aquí debemos recordar que no debemos limitar el consumo de proteína exclusivamente de origen animal, sino que debemos incluir también proteínas de origen vegetal a través del consumo de legumbres, verduras, semillas y frutos secos.

- Tiene especial importancia un correcto aporte de calcio, ya que es en esta etapa cuando se alcanza el pico máximo de densidad ósea. 

- El consumo de grasas debe ser sobre todo de grasas insaturadas. Evitar un excesivo consumo de alimentos procesados.